El Mitsubishi Eclipse Cross es un SUV compacto al que conocemos de hace tan solo unos pocos meses y que se encarga de competir en el mercado con coches como el Nissan Qashqai, el Renault Kadjar, el Ford Kuga, el Subaru XV, el Hyundai Tucson, el Peugeot 3008, el Opel Grandland X… y todos aquellos…
El Mitsubishi Eclipse Cross es un SUV compacto al que conocemos de hace tan solo unos pocos meses y que se encarga de competir en el mercado con coches como el Nissan Qashqai, el Renault Kadjar, el Ford Kuga, el Subaru XV, el Hyundai Tucson, el Peugeot 3008, el Opel Grandland X… y todos aquellos que conformen la abarrotada categoría de SUV compactos. Pero en Carnovo hemos querido saber cómo va y por ello hemos hecho esta prueba del Mitsubishi Eclipse Cross.
Prueba del Mitsubishi Eclipse Cross: original y a la vez atractivo
Hay poca gente que no se quede mirando este coche. En nuestra prueba del Mitsubishi Eclipse Cross, más allá de nuestras impresiones, hemos comprobado que se trata de un coche que llama mucho la atención en lo que se refiere a imagen. Lo cierto es que hay pocos rivales que dispongan de un aspecto tan llamativo: no importan a dónde mires, tanto en el frontal como en su zaga, pasando por el perfil, no pasa desapercibido.
Como ya sabrás, la marca asiática ha optado por volver a utilizar la denominación Eclipse, aunque su significado al modelo al que da nombre es muy pero que muy diferente. Así las cosas, si en la década de los ’90 un Mitsubishi Eclipse era un deportivo coupé, a día de hoy el Mitsubishi Eclipse Cross (cierto, ha añadido el sufijo Cross para diferenciarlo como un crossover) es un SUV que poco tiene que ver con la deportividad. Si es una decisión acertada o no lo dirá el tiempo, aunque a los puristas esta decisión, no les ha hecho mucha gracia.
Empezando por el frontal del Mitsubishi Eclipse Cross, exhibe formas poderosas con una gran parrilla y multitud de cromados, que se extienden por toda la calandra (la cual también añade negro piano entre el logo de la marca y la matrícula) y en unas formas de C justo debajo de los faros. Estos faros cuentan con un aspecto muy afilado que dota al vehículo de agresividad y están divididos en dos partes: la baja, que integra los intermitentes, está en disposición vertical.
Al observar su perfil vemos un coche bastante cuadrado y con un diseño bastante curioso. Sus formas son las típicas de un todocamino moderno; sin embargo, la línea de cintura del Mitsubishi Eclipse Cross es muy alta y va subiendo según se acerca a la parte de atrás. Las ventanas siguen con esta tendencia y nos encontramos, igual que en el frontal, con algunas partes cromadas. Todo esto hace que se vea con cierto aspecto de SUV coupé sin tener las líneas propias de un SUV coupé. Además, el acabado Kaiteki dispone de un pequeño spoiler situado sobre la luneta trasera.
Para terminar, la zona posterior es la más diferenciadora de todas. Lo que más llama la atención de primeras son los grupos ópticos del Mitsubishi Eclipse Cross, siendo toda la cubierta de las luces rojas y unidas por una línea horizontal que cruza de lado a lado la luneta. Luego veremos si compromete o no la visibilidad trasera. Asimismo, el spoiler que acabamos de comentar le da un toque deportivo, y en la zona más baja tiene un sucedáneo de difusor. Tampoco se olvida de los cromados en esta parte, lo que hace que esté un poco “americanizado”.
Como buen SUV, el Mitsubishi Eclipse Cross tiene una carrocería llena de los típicos protectores bajos con los que cuentan la mayoría de crossover que se venden ahora mismo. Estos también están presentes en los pasos de rueda, de tal forma que cuando se circule por caminos que estén fuera del asfalto se evite rayar la chapa en la medida de lo posible. Nuestra unidad de pruebas estaba dotada también de unas barras en el techo que le hacen parecer más aventurero.
Prueba del Mitsubishi Eclipse Cross: sorprende, y mucho, por calidad
El interior del Mitsubishi Eclipse Cross está realmente bien hecho. Ya de inicio nos encontramos con un muy buen detalle, como es que la parte baja de la puerta esté recubierta de un plástico relativamente blando que actúa a modo de doble protector. Por un lado, evita que le demos golpes directamente a la chapa; y por el otro, nos salva de un posible y doloroso “picotazo” en la espinilla con la esquina inferior de la puerta.
La comodidad de los asientos delanteros es muy alta, ya que son muy mullidos pero no llegas a hundirte. Esto habrá gente a la que le guste más y gente a la que le guste menos, pero lo que no se puede discutir es que es agradable sentarse en ellos. Además, la sujeción lateral es bastante buena; y los apoyabrazos laterales de las puertas y el central son igualmente mullidos. Todo, por cierto, recubierto de un cuero de gran calidad.
Las regulaciones posibles del volante y del asiento permiten que encontrar una postura de conducción cómoda sea bastante fácil. El volante se puede colocar al gusto en altura y en profundidad, ofreciendo unos recorridos bastante amplios. Mientras tanto, el asiento se ubica en la posición preferida por el conductor de manera eléctrica, gracias al clásico mando situado en la zona inferior izquierda del asiento (a excepción, por ejemplo, de los Mercedes-Benz, cuyos mandos están en la puerta).
El cuadro de instrumentación es compacto y conciso, y muestra la información justa y necesaria. A la izquierda se sitúa el reloj del cuentarrevoluciones, mientras que a la derecha podemos ver el de la velocidad. Todo lo relativo al ordenador de a bordo lo vemos en una pequeña pantalla LCD situada entre ambos en la que se muestra, además de la temperatura del motor y del nivel de combustible, el consumo medio, el consumo instantáneo, etc.
La consola central cuenta con una pantalla flotante de 7 pulgadas que aparece en el salpicadero y que, si bien no está muy bien integrada, sí que se encuentra en una posición óptima si lo que queremos es desviar la vista de la carretera lo menos posible. El sistema de infoentretenimiento del Mitsubishi Eclipse Cross está algo desactualizado y su uso requiere tiempo para adaptarse a él, sobre todo si hablamos de la pantalla táctil que se encuentra delante del reposabrazos central.
Los huecos disponibles en su interior son los esperados en un coche de corte familiar, por mucha estética de todoterreno que posea. El Mitsubishi Eclipse Cross dispone de compartimentos en la cara interior de las puertas, delante del pomo del cambio de marchas, en el reposabrazos delantero, en la guantera y en la parte trasera de los asientos delanteros. Ninguno llama la atención por lo grande que es, pero tampoco son precisamente pequeños.
Las plazas traseras del Mitsubishi Eclipse Cross son buenas por altura y por anchura. Los pasajeros de hasta 1,85 m de altura, aproximadamente, no tocarán con la cabeza en el techo; y lo más recomendable es que viajen dos, pero no hay serios problemas para tres ocupantes. Por su parte, el túnel de transmisión es relativamente comedido. Una cosa que nos ha encantado es que el techo solar esté dividido en dos partes, de tal forma que los ocupantes de la fila posterior pueden cerrarlo sin importar si el de delante está abierto o cerrado.
Para terminar con su interior, el maletero del Mitsubishi Eclipse Cross tiene una capacidad total de 378 litros. Se trata de una cifra bastante pobre en comparación con algunos de los más populares de su categoría, como los 485 litros del SEAT Ateca o los 430 litros del Nissan Qashqai. En cualquier caso, las formas son regulares y la boca de carga resulta lo suficientemente amplia como para cargar y descargar objetos voluminosos sin mucho esfuerzo. Además, se sitúa a una altura no demasiado elevada para ser un SUV, y el suelo del maletero está casi al ras del paragolpes.
Prueba del Mitsubishi Eclipse Cross: un SUV típico
En esta prueba del Mitsubishi Eclipse Cross hemos comprobado que este coche es un SUV al uso. Eso tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, las cuales las tratamos a continuación. Nuestra unidad de pruebas ha sido la única versión disponible, la 150T (que curiosamente tiene 163 CV de potencia), asociada a una caja de cambios automática de tipo CVT (de variador continuo) con marchas simuladas que se pueden cambiar a través de unas levas situadas en la columna de dirección.
Comenzando por la postura de conducción del Mitsubishi Eclipse Cross, y esa es una de las mejores cosas con las que te puedes encontrar en un SUV, es bastante alta y permite ver fenomenalmente bien a través de todos los ángulos. El único punto criticable es la luneta trasera, dividida horizontalmente en dos por la forma de sus pilotos y que limita notablemente el campo de visión. Algo que nos ha encantado han sido los espejos retrovisores, que son muy grandes y abarcan todo.
El interior es muy luminoso, al menos en las plazas delanteras, en donde la superficie acristalada es considerable. Detrás no está mal, pero la forma de su exterior no favorece la entrada de la luz. No obstante, no llega a ser ni mucho menos agobiante, como sí que ocurre en algunos otros modelos, como el Toyota C-HR. Además, el techo solar ayuda, y está dividido en dos partes (una para las plazas delanteras y otra para las traseras) por si hay disparidad de opiniones a la hora de elegir la luz que entra al interior.
Con este propulsor se percibe cierta vibración y ruido en el interior del Mitsubishi Eclipse Cross, aunque no llega a niveles que puedan perturbar la tranquilidad en el habitáculo. La respuesta a la acelerador es la propia de un motor turboalimentado y experimenta cierto “lag” o retraso (de unos pocos milisegundos), aunque a partir de poco más de 2.000 rpm empieza a empujar con fuerza… siempre que no se haya seleccionado el modo ECO, con el que se siente la potencia algo capada.
El cambio de marchas, que como hemos comentado es de tipo CVT o variador continuo, resulta satisfactorio. Normalmente este tipo de transmisión se muestra silencioso y tranquilo cuando el acelerador está sometido a una carga leve, pero muy ruidoso cuando se pisa el acelerador con decisión. En este sentido, el Mitsubishi Eclipse Cross nos ha gustado más que, por ejemplo, el Subaru XV, con una potencia similar y un cambio de las mismas características.
La dirección del Mitsubishi Eclipse Cross es como la mayoría de las direcciones de los coches modernos, con una asistencia excesiva. Es muy fácil de girar y es algo que viene muy bien en la ciudad, pero a la hora de afrontar curvas o estar en un camino de tierra (o piedras) hace que no sepamos muy bien lo que hay debajo de los neumáticos. Al igual, la suspensión del Mitsubishi Eclipse Cross es bastante cómoda y blandita. En autopista y sobre baches es una delicia; no obstante, el vehículo balancea lateralmente en las curvas.
Prueba del Mitsubishi Eclipse Cross: el sistema 4×4, un valor añadido
El sistema 4×4 del Mitsubishi Eclipse Cross es efectivo para ser el de un SUV. Permite ciertas licencias a la hora de adentrarse en caminos embarrados o con piedras, y sale de situaciones en las que un turismo e incluso un SUV 4×2 necesitaría una grúa. La electrónica es capaz de determinar en qué situaciones se necesita más par motor en el eje delantero y en el trasero para proporcionar un agarre mayor tanto en curva como subiendo cuestas que revistan mayor dificultad.
Prueba del Mitsubishi Eclipse Cross: motores y equipamiento
Actualmente, el Mitsubishi Eclipse Cross está disponible con una única motorización turboalimentada de gasolina. Se trata de la versión 150T, que incorpora un bloque de 1.5 litros que desarrolla una potencia de 163 CV y un par motor máximo 250 Nm. Con él, acelera de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 205 km/h. Todo ello con un consumo homologado en ciclo mixto de 6,6 l/100km.
Dependiendo de la versión, el Mitsubishi Eclipse Cross se puede asociar a un cambio manual o a uno automático de variador continuo o CVT; así como a una tracción delantera o 4×4. Los niveles de equipamiento disponibles se dividen en tres: Challenge, Motion y Kaiteki. Ya desde el más básico añade elementos como asistente de frenada de emergencia, luces diurnas de LED, climatizador, barras de techo, Bluetooth o pantalla táctil multimedia.
Prueba del Mitsubishi Eclipse Cross: conclusión
El Mitsubishi Eclipse Cross es un coche, especialmente con la tracción a las cuatro ruedas, que sirve perfectamente tanto para un uso familiar por espacio y funcionalidad, como para realizar de vez en cuando una salida al campo o una excursión. Su maletero se ve superado por bastantes modelos pertenecientes a su categoría; sin embargo, en lo relativo a espacio interior es uno de los mejores, así como en la calidad de fabricación de los materiales que conforman su interior. Y además es muy cómodo.
Como hemos visto en la parte en la que hemos descrito su comportamiento, no es un coche para nada deportivo. Su propósito principal es rodar a ritmos tranquilos, una situación en la que se ve beneficiado a la hora de hablar de consumo: si no le pisas demasiado no se aleja mucho de los 7,0 l/100km que homologa, aunque si te gusta apretar el acelerador a fondo se puede ir a medias que rocen fácilmente los 9,0 l/100km. Solo depende de tu estilo de conducción.
Por otro lado, el Mitsubishi Eclipse Cross es un coche fácil de conducir y que difícilmente te pondrá en aprietos, aunque se ve algo perjudicado en cuanto al balanceo debido a su alto centro de gravedad. En términos de equipamiento, el nivel Kaiteki lleva prácticamente de todo y es más que posible que con el acabado medio, denominado Motion, sea suficiente para la mayoría de los usuarios. Para terminar, el precio del Mitsubishi Eclipse Cross es justo en relación a su valor, aunque según a quién podría parecerle algo elevado.
Prueba del Mitsubishi Eclipse Cross: puntos positivos y negativos
+ Rendimiento del motor
+ Calidades interiores
+ Comodidad en marcha
– Solo un motor
– Precio algo elevado
– Visibilidad trasera
Nota Carnovo: 8.