Preferencia en un cruce: cómo afrontarlo correctamente

Circular por un cruce es un momento de especial complejidad en nuestro día a día. Es necesario siempre respetar la preferencia de paso a los que circulan a nuestra derecha. En caso contrario, correremos serios riesgos y lo que queremos es siempre prevenir un accidente de tráfico. De hecho, no respetar la frecuencia de paso supone…

Preferencia en un cruce: cómo afrontarlo correctamente

Circular por un cruce es un momento de especial complejidad en nuestro día a día. Es necesario siempre respetar la preferencia de paso a los que circulan a nuestra derecha. En caso contrario, correremos serios riesgos y lo que queremos es siempre prevenir un accidente de tráfico. De hecho, no respetar la frecuencia de paso supone uno de los principales motivos de colisiones. Por tanto, conviene extremar la precaución a la hora de afrontar una intersección. Existen tres pasos fundamentales, según la DGT, para afrontar correctamente la preferencia en un cruce. Te lo contamos a continuación:

Aproximación

La primera de las fases es la aproximación al cruce. A medida que nos acercamos, deberemos ocupar el carril más adecuado, dependiendo de cuál vaya a ser nuestro destino, si vamos a girar o vamos a continuar de frente. Siempre deberemos observar el tráfico. A continuación, si vamos a girar, tendremos que señalizar el desplazamiento lateral y el cambio de dirección.

Después, adecuaremos la velocidad y observaremos la intersección. Ésta puede estar regulada mediante algún tipo de señal, ya sea vertical u horizontal, como un ceda el paso o un Stop. O también por señales que dan prioridad en la vía, como un semáforo, cuya indicación prevalece sobre las señales de tráfico. En el caso de encontrar un semáforo con luces intermitentes en ámbar, indicarían precaución, aunque no eximirían de otra señal vertical que pudiera haber u otra marca que nos obligue a detenernos o ceder el paso a otros vehículos. En este punto, recordamos que, sobre cualquier señal, prevalece siempre la orden de los agentes de circulación.

Posición de entrada

La segunda fase a la hora de afrontar un cruce es la posición de entrada. Es la que tiene lugar cuando llegamos a la línea de intersección de la vía por la que circulamos con la correspondiente perpendicular. Si la preferencia en un cruce está señalizada, es más fácil, porque haremos caso a lo que nos indican. El problema viene cuando no existe ninguna señalización. Es entonces cuando aparecen las dudas. En este caso, debemos observar a nuestro alrededor para tomar una decisión, detener el coche o continuar la marcha.

Fase de franqueo

Por último, la fase de franqueo. Cuando hayamos analizado nuestro entorno y hayamos visto que no se aproxima nadie, podremos proceder a franquear el cruce continuando la marcha en el mismo sentido que teníamos o girando. En caso de girar, deberemos hacerlo a una velocidad moderada y extremando siempre la precaución. Siempre tendremos en cuenta que, aunque no haya un paso de peatones, tendrá siempre preferencia de paso, tanto los peatones, como ciclistas y animales, independientemente de que el giro sea a la derecha o a la izquierda (cuando esté permitido).

En este último caso, cuando hagamos un giro a la izquierda, tendremos que ceder siempre el paso a los coches que circulen en sentido contrario, excepto en los casos específicos en los que alguna señalización nos indique lo contrario.

Prioridad siempre a la derecha

En caso de duda en la preferencia de un cruce y cuando la prioridad no esté regulada de ninguna forma, deberemos siempre ceder la preferencia a los coches que se aproximen por la derecha. Es decir, si varios vehículos se aproximan a una intercepción sin indicación, pasará primero aquel que tenga su derecha libre.