MG S6 2026: potencia eléctrica, espacio y tecnología al día

MG sigue dando guerra donde más duele. El S6 aterriza en Europa con la idea de robar miradas y huecos de garaje en el segmento más peleado. Me he subido, lo he medido con la vara de lo cotidiano y me ha quedado claro que este SUV del segmento D no viene a saludar. Viene a empujar. Más espacio que su hermano ES5, una presencia que llena y una estrategia de precio que huele a terremoto en los concesionarios.

MG S6 2026: potencia eléctrica, espacio y tecnología al día

Más grande que el ES5 y maletero de familia sin complicaciones

Empiezo por el tamaño porque aquí hay chicha. Son unos cuatro metros y siete decímetros largos que se notan en el habitáculo. La plataforma modular de SAIC queda muy bien aprovechada. Detrás viajan adultos sin negociar con las rodillas y sin que el pelo roce el techo. El suelo no es exageradamente alto para ser eléctrico, así que las piernas no quedan en postura de butaca de cine. Lo que más me ha llamado la atención ha sido el maletero. Declara 674 litros con los asientos en su posición normal y la sensación al abrir el portón es precisamente esa. Boca de carga ancha, formas bastante rectas y doble fondo para esconder el cableado y dejar el espacio principal limpio. Para una familia con dos peques y sus trastos es un alivio.

Interior funcional y moderno

Por dentro, el S6 apuesta por una jugada que funciona. Cuadro digital de 10,25 pulgadas con la información que esperas sin juegos de colores innecesarios y una pantalla central de 12,8 pulgadas que reacciona rápido. Android Auto y Apple CarPlay van sin cables, que es como debe ser en 2025, y en los acabados altos aparece un head up display que evita estar desviando la vista. El diseño no pretende reinventar nada y eso se agradece. Mandos bien ubicados, climatización accesible en pantalla con atajos claros y un volante de buen grosor. Los materiales no son de boutique, aunque el ajuste está a la altura y no he cazado grillos molestos en el tiempo que lo he tenido a mano.

Dos versiones, tracción trasera o total

La gama mecánica es sencilla y honesta. Dos versiones muy bien planteadas. La de tracción trasera con 241 caballos y batería NMC de 77 kWh homologa 530 kilómetros. Es la que más sentido tiene para el conductor medio que hace viajes puntuales y mucha ciudad o área metropolitana. La segunda añade un motor delante, tracción total y sube la potencia a 356 caballos. Aquí la autonomía se queda en 484 kilómetros. Lo interesante es cómo gestiona el sistema. La mayor parte del tiempo se mueve como un tracción trasera y solo despierta el eje delantero cuando la cosa se pone seria, ya sea por pérdida de agarre o porque hundes el pie derecho con ganas. Esa lógica se nota en la conducción. La nariz no arrastra y el coche pivota con naturalidad.

Recarga rápida para no perder tiempo

En carga rápida, MG no se ha dejado para luego lo importante. Admite hasta 144 kW en corriente continua. Sobre el papel eso permite pasar del 10 al 80 por ciento en unos 38 minutos. En mis viajes con eléctricos de potencia similar he aprendido que lo crucial es la constancia en el escalón de carga, no el pico. Con esa cifra, si el punto da la talla y la batería está a su temperatura, ese tiempo es realista para un café sin mirar el reloj cada dos minutos. Además, con 77 kWh útiles y una homologación de más de quinientos kilómetros en la versión de tracción trasera, la ventana de planificación se abre lo suficiente para saltar de estación en estación sin apuros.

Confort y estabilidad en carretera

En marcha transmite ese punto de coche grande bien asentado que inspira confianza. Dirección ligera en maniobra y con peso correcto cuando sube el ritmo. No es un deportivo, tampoco lo pretende, pero mantiene la compostura y filtra la mayoría de las juntas de dilatación sin ruidos parásitos. La entrega de par es limpia y progresiva, y la versión trasera tiene ese toque de empuje desde atrás que tanto gusta a quienes han crecido con berlinas clásicas. No he notado cabeceos extraños en frenada ni balanceos molestos a ritmo familiar, así que el tarado parece pensado para tragarse kilómetros sin drama.

Tecnología al día y navegación intuitiva

La parte tecnológica responde a lo que se le pide a un eléctrico moderno. Conectividad al día, un sistema que no se cuelga en cada cambio de menú y gráficos que no distraen. La interfaz de navegación es correcta y el cálculo de rutas con paradas de carga debería ser una asignatura cuidada por el fabricante. Aquí MG está entendiendo bien que la experiencia de usuario empieza en el sofá de casa cuando programas el viaje. En los últimos meses hemos visto pruebas de autonomía real con salidas al 90 por ciento y aportes de 20 minutos de carga que demuestran que el software y la sencillez del plan valen casi tanto como la batería. Ese es el marco en el que el S6 tiene que brillar.

Competencia dura, receta directa

El contexto del mercado aprieta de lo lindo. Hay rivales que recortan precios y que antes parecían inalcanzables. También llegan propuestas con extensor de autonomía que prometen cifras de ciencia ficción combinada. En esa mezcla el S6 apuesta por una receta directa. Mucho espacio, autonomía razonable, rendimiento suficiente para ir sobrado y un precio anunciado como agresivo. El objetivo es claro. Poner nervioso a un Skoda Enyaq bien asentado en Europa y a todo SUV eléctrico que juegue en este tamaño.

Tracción total lista cuando hace falta

Al volante se agradece que la tracción total no esté siempre empujando delante. En carreteras con adherencia cambiante se percibe un extra de seguridad cuando el eje delantero entra al rescate, pero en seco la trasera marca el carácter y eso imprime una conduccción más natural. Para quien viva en zonas con inviernos de los de verdad, tener ese motor delantero listo para trabajar puede ser el factor que incline la balanza.

Cómodo en ciudad y aparcamientos

En el día a día, las medidas del S6 no intimidan en ciudad. La cámara de marcha atrás tiene buena definición y los sensores no se vuelven locos en cuanto te acercas a una columna. La visibilidad es correcta para lo que se estila y los retrovisores no parecen tabletas pegadas a la puerta. El radio de giro no es de utilitario, aunque no me ha obligado a maniobras de vergüenza en un aparcamiento estrecho.

Un eléctrico familiar y equilibrado

La propuesta encaja con lo que muchos piden hoy. Un eléctrico capaz sin necesidad de ser una nave espacial, familiar de verdad sin truco y con números de autonomía que invitan a viajar. Me quedo con la sensación de que MG ha sabido leer el momento. Falta por ver cómo de fina queda la estrategia de precio en cada mercado y qué equipamiento deja en cada escalón, aunque la base técnica ya dice bastante por sí sola.