Frenada de emergencia: Todo lo que necesitas saber

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Saber cómo hacer una frenada de emergencia cuando estamos conduciendo es vital para nuestra seguridad, pues a lo largo de nuestra vida podemos encontrarnos con un peligro inesperado mientras vamos al volante que sólo con una frenada de emergencia podemos evitar. Te hemos explicado cómo cambiar el liquido de frenos y en este artículo te explicamos cómo funciona el coche cuando se hace esta maniobra, en función del coche que sea (ya que en algunos coches las frenadas son más efectivas que en otros). La idea, como es evidente, es la de detener el coche en la menor distancia posible.

Cómo hacer una frenada de emergencia: Coches con ABS

Casi todos los coches que te encuentras ahora en un concesionario llevan ABS incorporado de serie como por ejemplo los coches sedán más tecnológicos del mercado, un mecanismo de seguridad básico que impide que las ruedas se bloqueen si se aplicase demasiada presión al freno. Lo que hace el ABS es liberar presión del circuito de frenos para evitar el bloqueo. Lo notaremos en acción cuando, al pisar a fondo el pedal, notemos la vibración en el pedal – si vibra en la frenada, es señal de que está funcionando bien.

Cuando estemos pisando a fondo el pedal del embrague, también tenemos que preparar el pie izquierdo para embragar (no todo el rato, pues eso aumentaría la distancia de frenado). Cuando veas que las revoluciones van a caer a un mínimo y podría calar el coche, pisa el embrague para que no se cale el coche. Si se cala, malas noticias: el servofreno no está activo, como tampoco lo estaría la dirección asistida. Claro que si se trata de un coche automático, no hay pedal de embrague – ni hace falta, pues el motor mantendrá las revoluciones donde debe en todo momento.

Frenada de emergencia

Algunos modelos actuales llevan frenada de emergencia automática: es decir, el coche es capaz de detectar un peligro a través de sus sensores (que puede ser otro coche que salga de improvisto o un peatón, como un niño que cruce de repente). Estos sistemas funcionan sobre todo en ciudad ya que están programados para que se activen a velocidad de unos 50 o 60 kilómetros por hora.

Coches sin ABS

Aquí la tarea se complica pues somos nosotros los que debemos aplicar la cantidad justa y necesaria de frenada sin bloquear los neumáticos (si se bloquean, aparte de perder eficacia en la frenada, podemos perder el control del coche) en una frenada de emergencia. Al principio has de pisar a fondo (y embrague si es manual, que si un coche no lleva ABS es muy probable que sea manual), pero es posible que después de haber empezado la frenada notes el bloqueo de las ruedas.

En ese caso lo que has de hacer es levantar de manera progresiva el pie derecho del pedal del freno para que las ruedas se desbloqueen y recuperes el control del coche. Una vez las ruedas vuelvan a girar, vuelve a aumentar la fuerza de la frenada de manera suave y paulatina (no vayas a volver a bloquear ruedas). Lo ideal, en definitiva, es empezar la maniobra pisando el freno a fondo para reducir la velocidad en la medida de lo posible en los primeros metros.

 

Pon la mirada donde quieres dirigirte

Uno de los puntos básicos de la conducción es la mirada. Es realmente importante fijar la mirada en el sitio donde queremos dirigirnos, para instintivamente reaccionar en pro de este objetivo. Si miramos directamente al obstáculo no aliviaremos la presión en el pedal para poder dirigirnos hacia un punto de escape, siempre debemos mirar a donde queremos dirigirnos, adelantándonos y mirando lo más lejos posible. De todos modos, lo mejor para evitar una frenada de emergencia y situaciones de riesgo es la prevención, hay que procurar circular siempre con una distancia de seguridad adecuada y con todos los sentidos puestos en la carretera.

 

Trata de hacerlo recto

Existe la posibilidad de que el peligro te pille en una curva o mientras tengas el volante girado: ojo con estas situaciones, porque al frenar de manera tan brusca se produce un cambio en el reparto de peso que puede desestabilizar el coche (y en concreto la parte trasera, haciendo que el coche ‘culee’). Por eso puede ser peligroso frenar en curva, en todo caso maniobrar si ves que el coche no va a frenar a tiempo para evitar el obstáculo que esté enfrente.