Ser autónomo implica mirar cada gasto con lupa, y la compra de un coche no es la excepción. Hay que planificar bien esta inversión ya que no se trata de un simple desembolso y tomar la mejor decisión puede marcar la diferencia. Valorar aspectos como el ahorro fiscal, las deducciones del IVA y del IRPF, o las opciones de financiación disponibles te permitirá sacar el máximo partido a la compra.

Además, en 2025 entran en juego nuevos incentivos, ayudas públicas y normativas relacionadas con la movilidad sostenible, que pueden suponer un importante beneficio si sabes cómo aprovecharlas. Por eso, en este artículo te explicamos paso a paso cómo comprar coche siendo autónomo, cuáles son los requisitos para comprar un coche siendo autónomo, que documentación necesitas, qué gremios pueden hacerlo, cuánto se puede deducir y en qué casos, además de las diferencias entre coche de uso profesional o mixto y las ayudas y subvenciones existentes, entre otros aspectos.

Requisitos para comprar coche como autónomo
Para poder acceder a las deducciones y así comprar coche como autónomo es necesario que cumplas con tres condiciones fundamentales. En primer lugar, el vehículo debe estar destinado de forma exclusiva a la actividad profesional del trabajador autónomo. Además, los gastos relacionados con el mismo deben justificarse mediante facturas o recibos válidos, siendo la Agencia Tributaria la encargada de revisar esa documentación y determinar su validez. Por último, todos los costes deben quedar debidamente registrados en el libro de gastos correspondiente.
¿Qué documentación necesitas?
Para justificar la deducción del coche y sus gastos, debes disponer de factura de compra del vehículo donde conste tu nombre o el de tu empresa, el NIF y el desglose del IVA. Debes adjuntar también el contrato de financiación, leasing o renting, en caso de no haber realizado la compra al contado. Sin olvidar tampoco el libro de gastos e ingresos, en el que figuren todos los pagos relacionados con el vehículo, facturas de mantenimiento, combustible y seguros (vinculadas siempre a la actividad profesional)
No puede faltar tampoco los documentos que justifiquen el uso profesional, como rutas de trabajo, visitas a clientes, o documentación laboral que demuestre la necesidad del vehículo para desempeñar la actividad. Por último, es obligatorio llevar una gestión documental ordenada para evitar problemas en una posible inspección tributaria.
Tipos de coche que puedes desgravar
No todos los autónomos pueden deducirse el cien por cien del IVA o de los gastos del vehículo. Hacienda permite esa deducción total únicamente a quienes acrediten un uso profesional exclusivo. Entre los gremios que pueden hacerlo se incluyen:
- Transportistas y mensajeros.
- Taxistas y conductores VTC.
- Profesores de autoescuela.
- Agentes comerciales y representantes.
- Empresas o autónomos que ofrezcan servicios de vigilancia o transporte de pasajeros.
El resto de autónomos, como asesores, fotógrafos, técnicos o consultores, podrán deducirse el 50 por ciento del IVA y la parte proporcional en IRPF siempre que puedan demostrar que el vehículo se utiliza de forma mixta (profesional y personal).

¿Cómo desgravar IVA y gastos de coche?
La deducción del IVA y los gastos del vehículo depende directamente del uso que se le dé. En términos generales, la Agencia Tributaria aplica una presunción del 50 por ciento del uso profesional, salvo que se demuestre lo contrario. Esto significa que, si no se puede justificar un uso exclusivo para desgravar la compra de coche como autónomo, se podrá deducir solo la mitad del IVA soportado. Para el IRPF, el tratamiento es similar: solo los gastos vinculados al desempeño de la actividad profesional pueden deducirse, siempre en la misma proporción que el uso acreditado del vehículo.
Cuánto puedes deducir y en qué casos
Cuando un vehículo se destina a un uso exclusivamente profesional, es posible deducir el cien por cien del IVA y el cien por cien en el IRPF sobre los gastos relacionados. En caso de uso mixto, tanto personal como profesional, la deducción del IVA se limita al 50 por ciento, y en el IRPF solo puede aplicarse la parte proporcional correspondiente al uso profesional. En los contratos de leasing o renting, las cuotas son deducibles íntegramente en el IRPF, mientras que el IVA se deduce en un 50 por ciento, salvo que se demuestre un uso exclusivo para fines profesionales. Entre los gastos deducibles se incluyen el seguro del vehículo, el mantenimiento, las reparaciones, el combustible, el aparcamiento y los peajes relacionados directamente con la actividad laboral.
Diferencias entre coche 100% de uso profesional o mixto
La principal diferencia radica en el grado de deducción fiscal que se puede aplicar. Un coche de uso cien por cien profesional es aquel que se utiliza únicamente para la actividad laboral, y el autónomo puede demostrarlo con documentación y registros de desplazamientos. En este caso, se permite la deducción total de IVA e IRPF. Por el contrario, un coche de uso mixto combina desplazamientos personales y profesionales. Aquí Hacienda solo admite deducir el 50 por ciento del IVA y una parte proporcional en IRPF, a menos que se pueda justificar un uso mayor mediante pruebas objetivas (agenda laboral, control de kilometraje, registro de rutas, etc.).

Ayudas y subvenciones para autónomos en 2025
En 2025 continúan vigentes diversas líneas de apoyo e incentivos a la movilidad sostenible dirigidas a autónomos y pequeñas y medianas empresas (pymes), con el objetivo de promover una transición hacia un transporte más eficiente y respetuoso con el medioambiente. Estas ayudas, impulsadas tanto por la Administración General del Estado como por comunidades autónomas y entidades locales, pretenden fomentar la renovación de flotas empresariales, sustituyendo los vehículos más antiguos y contaminantes por modelos nuevos con tecnologías de cero emisiones, como los vehículos eléctricos, o híbridos enchufables y de pila de combustible.
Plan Moves III y otras ayudas
El Plan Moves III, gestionado por las comunidades autónomas y financiado por el Gobierno de España y la Unión Europea, ofrece subvenciones para la compra de vehículos eléctricos, híbridos enchufables y de pila de combustible. Los autónomos pueden beneficiarse de ayudas que oscilan entre 2.500 y 7.000 euros, dependiendo del tipo de vehículo y de si se entrega uno antiguo para el achatarramiento.
Además, existen otras ayudas complementarias gestionadas por entidades regionales o locales, como incentivos fiscales para flotas sostenibles, bonificaciones en el impuesto de circulación o descuentos en puntos de recarga. También se prevé la continuidad de programas de leasing verde y renting sostenible con ventajas fiscales para profesionales autónomos.
Deducciones en IRPF
En el ámbito del IRPF, los autónomos pueden deducirse los gastos derivados del uso profesional del vehículo, como seguros, mantenimiento, revisiones o combustible. Si el vehículo se financia mediante leasing o renting, las cuotas también son deducibles en la medida en que estén vinculadas a la actividad económica. Asimismo, si el coche se destina a fines ecológicos o de bajas emisiones, puede beneficiarse de deducciones adicionales o bonificaciones autonómicas, ya que algunas comunidades aplican ventajas fiscales para la adquisición de vehículos eléctricos, de pila de combustible o híbridos enchufables en la actualidad.

¿Mejor renting, leasing o compra?
Elegir entre renting, leasing o compra es una de las decisiones más importantes que debe tomar un autónomo cuando necesita un vehículo para su actividad profesional. Cada opción ofrece ventajas y desventajas diferentes en términos fiscales, financieros y operativos, por lo que la mejor opción dependerá del tipo de negocio, el uso que se le vaya a dar al coche y la previsión económica a medio y largo plazo.
El renting se ha convertido en una alternativa muy popular entre profesionales que prefieren flexibilidad y llevar un control de los gastos. Con una cuota mensual fija, esta modalidad incluye la mayoría de los costes asociados al vehículo (seguro, mantenimiento, revisiones e impuestos), lo que evita imprevistos y facilita gestionar el negocio fácilmente . Además, al finalizar el contrato se puede cambiar el coche por uno nuevo, lo que permite mantener una flota moderna y eficiente sin preocuparse por la depreciación. Su principal desventaja es que no se es dueño del vehículo, y a largo plazo puede resultar más costoso si se mantiene durante muchos años o se superan los límites de kilometraje.
Por su parte, el leasing es una opción a medio camino entre el resto de modalidades que combina el alquiler con la posibilidad de adquirir el vehículo al finalizar el contrato. Este sistema permite disfrutar del coche sin pagar el total de su valor de inmediato, lo que facilita el acceso a los últimos lanzameintos. Además, las cuotas pueden deducirse en el IRPF y el IVA, siempre que el vehículo se utilice con fines profesionales. No obstante, el leasing suele implicar compromisos a largo plazo y, en muchos casos, no incluye servicios como el seguro o el mantenimiento, que corren por cuenta del autónomo.
Finalmente, la compra tradicional sigue siendo la alternativa más cómoda para los que quieren tener el vehículo en propiedad con una visión a largo plazo. Aunque requiere un desembolso de dinero inicial mayor, ya sea al contado o mediante financiación, a la larga puede resultar más rentable si su uso se va a prolongar en el tiempo. El vehículo pasa a ser un activo de la empresa y puede amortizarse fiscalmente, además de deducirse los gastos derivados de su uso profesional. Sin embargo, también implica asumir todos los costes de mantenimiento, seguro, reparaciones, impuestos y depreciación, por lo que exige una buena planificación económica.


