Parece una pregunta extraña a priori, pues los coches con caja de cambios automática se hicieron para que fuera aún más fácil el moverse con cuatro ruedas – en Estados Unidos se encuentra el ejemplo clave dado que los cambios automáticos están mucho más extendidos que en Europa. Y sí, en definitiva conducir un coche…
Parece una pregunta extraña a priori, pues los coches con caja de cambios automática se hicieron para que fuera aún más fácil el moverse con cuatro ruedas – en Estados Unidos se encuentra el ejemplo clave dado que los cambios automáticos están mucho más extendidos que en Europa. Y sí, en definitiva conducir un coche automático es más fácil que un coche con cambio manual, pero también tiene sus características propias y eso es de lo que vamos a hablar en este artículo. Si después de leerlo se te antoja un coche automático, ya sabes que tenemos un comparador de ofertas en el que puedes ver los coches automáticos que hay ahora mismo en el mercado.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de cambio automático y que la conducción es algo diferente de los coches habituales, por lo que tenemos que adecuarnos a las características de estas transmisiones. Hasta el arrancar es diferente para saber cómo conducir un coche automático, pues mientras que en un manual hay que tener el pie izquierdo preparado en el embrague, en un automático el pie izquierdo está siempre quieto el reposapiés ya que no tiene ninguna función: todo se hace con el pie derecho. Con esto hay que prestar atención, no vaya a ser que por instinto se pise el freno con el pie izquierdo al no haber pedal del embrague.
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El sistema habitual: PRND
Los coches automáticos que vas a haber de manera más habitual tienen cuatro posiciones, llamadas P, R, N y D. Lo que hace cada una de ellas es muy sencillo, refiriéndose cada una a las acciones del vehículo. Por ejemplo, la P corresponde a la de aparcamiento, en la cual el coche se queda estacionado al final de cada trayecto – de hecho, en los coches más modernos no deja apagar el coche si no está en esta posición ni tampoco se moverá para iniciar otro viaje si no se ha cambiado de posición.
La R es simple, la marcha atrás de toda la vida al igual que en un cambio manual. Con la N sucede lo mismo, ya que es el punto muerto que se puede encontrar en el medio de la palanca de cambios de un coche convencional – en mitad de la caja de cambios para seleccionar marchas. La D, de drive (conducir en inglés), es para iniciar la marcha, teniendo todas las marchas en una: el propio coche será el que vaya seleccionando las marchas idóneas para cada momento, por lo que el conductor puede despreocuparse de eso y centrarse en conducir un coche automático cualquiera. Eso sí, para el que quiera, algunos coches ofrecen la opción de activar el control manual.
Diferentes tipos de cambio automático
Algunos coches tienen la posibilidad de cambiar las marchas de manera manual aunque el cambio en sí sea automático (es decir, es un modo semiautomático). Entre los diferentes mecanismos, uno de los más extendidos es el de las levas detrás del volante, como si se tratase de un vehículo de competición. Algunos cambios automáticos tienen marchas en sí con variaciones en función de si se conduce en modo Eco o en modo Sport. También existen cambios CVT (siglas en inglés de cambio de variable continuo), con el que el coche mantiene las revoluciones ideales sin depender de marchas como si se tratara de un kart.
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