Comparativa: Mazda CX-5 vs Toyota RAV 4

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Dos de los SUV más interesantes del mercado son el Mazda CX-5 y el Toyota RAV 4 y ambos han sido renovados recientemente. El primer hace apenas unos meses y el segundo hace poco más de un año. Se trata de dos buenas opciones para viajar en familia, con espacio suficiente a bordo, buen maletero y un equipamiento a la altura de lo que se espera en esta categoría. La principal diferencia radica en el corazón que esconden bajo el capó. El Mazda cuenta con una gama compuesta por motores diésel y gasolina, igual que la del Toyota, pero éste además dispone de una interesante mecánica híbrida.

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Mazda CX-5

Mazda CX-5 vs Toyota RAV 4: exterior

El Mazda CX-5 ha sido actualizado para seguir compitiendo con el resto de sus rivales y ahora ofrece una estética mucho más atractiva que la del modelo de 2015. Pese a que no se trata de un modelo completamente nuevo, los cambios son notables. El frontal muestra una imagen muy agresiva y deportiva, con una gran parrilla que ahora presenta una rejilla que le da una forma tridimensional, y en la que se integran perfectamente los nuevos faros más rasgados y afilados que antes. Un elemento cromado recorre la zona inferior de la parrilla, en forma de Uve. El capó es más grande y plano y mejora la aerodinámica del coche. En los extremos de los paragolpes, se encuentra los faros antiniebla, tan pequeños que casi no se aprecian.

En el resto de la carrocería los cambios son menos apreciables. Destaca la zona posterior que luce ahora un nuevo alerón más pronunciado y las ópticas más estilizadas. Mazda ha mejorado la resistencia aerodinámica y, en general, la imagen del SUV japonés es muy deportiva.

El Toyota RAV, 4 por su parte, presume de un frontal muy llamativo, con uso grupos ópticos que recuerdan a la forma de un hacha, integrados en la delgada parrilla horizontal. La vista lateral es bastante uniforme y destacan unos grandes voladizos, mientras que la zaga carece de recursos estilísticos, con un portón muy vertical y unos pilotos horizontales. Quizá, el Toyota no resulta tan atractivo visualmente como el Mazda, pero su línea es más parecida a los todoterreno convencionales.

Mazda

Mazda CX-5 y Toyota RAV 4: interior

El interior del CX-5 ha cambiado ligeramente y ahora ofrece un aspecto más fresco y moderno, en el que se percibe una calidad de materiales muy buena, superior a la del RAV 4. Ahora presenta un salpicadero más horizontal y bien rematado por una moldura metálica y las tomas de ventilación muy bien integradas. Encima, tiene ahora la pantalla del sistema multimedia de tipo flotante, ya no está integrada en el salpicadero como antes. Está a una buena altura de la vista y tiene un funcionamiento correcto, aunque resulta menos intuitiva que la del Toyota.

En el habitáculo del Mazda se respira un cierto aire premium, con la combinación de cuero, inserciones en metal y el uso de plásticos blandos muy agradables al tacto y otros con acabado en negro piano que adornan la consola central y los paneles de las puertas. El conjunto puede rematarse con unos asientos en piel beige muy cómodos, con buena sujeción y regulación eléctrica. Las plazas traseras son amplias, aunque algo menos que las del Toyota, especialmente, en la plaza central, y ahora los respaldos se pueden reclinar para mejorar la postura de los pasajeros. Cuentan también con tomas de ventilación del climatizador. Otro detalle del equipamiento en las plazas traseras es la posibilidad de contar con un reposabrazos con dos conexiones USB para el móvil y dos portabebidas.

El maletero tiene una capacidad de 526 litros, contando con el espacio del doble fondo. En este aspecto gana al Toyota, que dispone de un maletero menor debido a la presencia de la batería, que le resta espacio, y cuenta con 501 litros, cuando la banqueta trasera está su posición más retrasada. El interior del RAV 4 no responde tanto a los cánones europeos como lo hace el Mazda, aunque la ergonomía también es buena. El usuario tiene al alcance todos los mandos del salpicadero que, además, están bien ordenados y no son tantos como en su rival. Sin embargo, hay unos comandos que sirven para activar los diferentes modos de conducción, situados en la parte inferior del salpicadero, que quedan más alejados.

La pantalla del sistema multimedia está colocada en una posición un poco más elevada que en su rival y la calidad percibida es buena, aunque por debajo de su competidor. Otro punto a favor del RAV 4 es la modularidad, ya que cuenta con una banqueta trasera corrediza que permite ampliar el volumen de carga o el espacio atrás, según nuestras necesidades.

Mazda CX-5

Mazda CX-5 vs Toyota RAV 4: motores y conducción

El Mazda CX-5 está disponible con dos motores de gasolina y uno diésel con dos niveles de potencia. Los de gasolina son el 2.0 Skyactiv-G de 150 caballos y el más reciente 2.5 Skyactiv-G que eroga 194 caballos. este último bloque cuenta con un sistema que desconecta dos de los cuatro cilindros cuando no se necesita demasiada carga en el acelerador, permitiendo un ahorro de combustible. El bloque de gasóleo es un 2.2 Skayactiv-D con 150 y 175 caballos. Llama la atención cómo Mazda sigue apostando por motores de alta cilindrada, en un tiempo en el que todas las marcas apuesta por el Downsazing.

En cambio, carece de una mecánica híbrida, como sí tiene el Toyota RAV 4. Ésta se compone de un motor de gasolina 2.5 de 152 caballos y de otro eléctrico con 143 caballos que entregan conjuntamente 197 caballos. Como todos los híbridos de Toyota, el propulsor traslada el par a las ruedas mediante un cambio automático de tipo convertidor de par. Por su parte, el SUV de Mazda puede montar, según versiones, un cambio manual de o automático, ambos con seis relaciones.

En lo que sí coinciden los dos es en la posibilidad de tener la tracción a las cuatro ruedas, aunque existen diferencias entre ambos en cuanto a su funcionamiento. En el caso del CX-5, el mecanismo es parecido al de otros modelos. Es decir, el sistema de tracción da prioridad al eje anterior pero, cuando detecta pérdida de adherencia en determinadas condiciones, puede trasladar hasta un 50% del par a las ruedas posteriores. El RAV 4 con tracción total dispone de un segundo motor eléctrico con 68 caballos que mueve las ruedas posteriores cuando el sistema lo requiere, por ejemplo, en fases de fuerte aceleración o en superficies resbaladizas. En condiciones normales, el coche se comporta como un tracción delantera normal.

El Mazda es un SUV que apuesta por el confort de marcha. Tiene unas suspensiones perfectamente equilibradas para absorber las irregularidades de la carretera y resultar cómodas, a la vez que contienen bien la carrocería, impidiendo balanceos y le dotan de cierta agilidad. Tiene un puesto de conducción que invita a realizar una conducción deportiva, no demasiado alto y con el cambio en una posición elevada y cerca del conductor, aunque el coche esté lejos de ofrecer fuertes sensaciones dinámicas. La dirección es precisa y muy informativa, algo que se agradece, y transmite mucha confianza. El buen paso por curva está garantizado en el CX-5, gracias al G-Vectoring Control, un sistema que repartir el par y el peso entre ambos ejes, beneficiando siempre el agarre de los neumáticos y, por tanto, la estabilidad.

El RAV 4, sin embargo, se muestra un poco más firme en carretera que el Mazda y ofrece una conducción más cercana a la de un turismo. Las suspensiones sujetan perfectamente la carrocería y lo que más destaca en el SUV de Toyota, por encima de su rival, es en la suavidad y silencio de marcha, gracias a su mecánica híbrida. No es un coche con unas prestaciones notables, pero sus 197 caballos permiten superar cualquier obstáculo sin dificultad.

Como siempre en un SUV, hay que destacar que son vehículos pensados para el asfalto, no son todoterrenos, aunque su mayor altura al suelo, respecto a una berlina, les permite un tránsito más seguro por el campo. Este apartado lo gana, claramente, el Mazda. Aunque Toyota tiene una larga tradición en vehículos 4×4, el RAV 4 no es su mejor representante. Dispone de control de descensos y bloqueo de diferencial central, pero las suspensiones con poco recorrido le limita.

Mazda CX-5

Mazda CX-5 vs Toyota RAV 4: ayudas a la conducción y equipamiento tecnológico

Las ayudas de conducción son abundantes en los dos modelos japoneses. En particular, el CX-5 ha mejorado en este apartado, con respecto al modelo de 2015. Además del mencionado C-Vectoring Control, cuenta con el programador de velocidad activo, con función de detención y arranque automático que funciona entre 0 y 200 km/h. También tiene el sistema de reconocimiento de señales de tráfico, el aviso de ángulo muerto, aviso de cambio involuntario de carril, cámara de visión trasera o el sistema de frenada de emergencia con detector de peatones y vehículos.

Una novedad tecnológica en el Mazda es el nuevo Head Up Display que proyecta directamente la información en el parabrisas. También dispone de otro que proyecta el contenido en una lámina de plástico, que ya existía en el anterior modelo. También son nuevos los faros con iluminación de 12 LED, que se encienden y apagan automáticamente y adapta la iluminación al tráfico para evitar deslumbramientos.

El Toyota RAV 4 puede equipar un paquete llamado Toyota Safety Sense que incluye la alerta por cambio involuntario de carril, cambio automático de luces largas a cortas, el detector de señales de tráfico, la frenada de emergencia con detector de peatones, el programador de velocidad activo, la alerta de tráfico cruzado en la zona posterior y el aviso de ángulo muerto.

Del mismo modo, dispone también de varias cámaras que proporcionan una visión cenital del coche y se proyecta en la pantalla del salpicadero. Ésta, por otro lado, es táctil y de 7 pulgadas y cuenta con el sistema multimedia Toyota Touch 2. En cambio, la pantalla del CX-5 es algo más pequeña, de 7 pulgadas, y cuenta con el sistema HMI Commander, cuyo manejo es bueno, pero no resulta igual de intuitivo que el del Toyota.

Mazda CX-5

Mazda CX-5 vs Toyota RAV 4: precio y veredicto

El Mazda CX-5 se ofrece en tres nuevos niveles de equipamiento, Origin, Evolution y el más completo Zenith y parte de un precio de tarifa de 26.600 euros. Por su parte, el Toyota RAV 4 Hybrid está disponible también en tres acabados, Advance, Feel y Executive, y arranca en 31.950. La diferencia de precio entre ambos es notable, aunque el Toyota se beneficia de una mecánica híbrida, más suave y silenciosa. El Mazda, en cambio, ofrece un diseño realmente atractivo y cautivador, con algunas pinceladas de deportividad.

Ambos son todocaminos con buen comportamiento en carretera, buen equipamiento y calidad de acabados a la altura de lo que se espera en este segmento. Quien vaya a circular con más regularidad por caminos fuera del asfalto, deberá escoger el Mazda, mientras que aquellos que busquen únicamente un SUV por su estética todoterreno, cómodo y espacioso para viaja con la familia, encontrarán en el RAV 4 una gran opción por sus sensaciones cercanas a las de un turismo y por su silencio de marcha.

 

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