Comparativa: Citroën C3 Aircross vs Opel Crossland X

por

El segmento de los SUV compactos y urbanos, también llamado B-SUV, está protagonizando una auténtica oleada de novedades en los últimos meses. Es, sin duda, el segmento de moda y en el que se va a librar, desde ya, una feroz batalla por ocupar los primeros puestos en las listas de ventas. En esta comparativa vamos a analizar dos modelos más parecidos entre sí de lo que, aparentemente, se pueda pensar. Se trata del Citroën C3 Aircross y el Opel Crossland X, dos crossovers que comparten plataforma y muchos elementos de desarrollo, pero que también tienen algunas diferencias.

 

 

Configura tu C3 Aircross

 

Citroën C3 Aircross vs Opel Crossland X: exterior

El Citroën C3 Aircross y el Opel Crossland X comparten muchos elementos mecánicos, como la gama de motores. Pero desde el punto de vista estético nadie diría que pertenecen a la misma familia, como sí podría ocurrir entre modelos del mismo Grupo Volkswagen.

Comenzando por el modelo francés, el frontal destaca por los singulares grupos ópticos, divididos en dos zonas; una superior con LED, incrustada en la estrecha rejilla que hace de prolongación de los famosos chevrones; y la inferior, de formas cuadradas y que hacen la función de faro principal. La zona baja del paragolpes cuenta con un difusor con protector para remarcar la estética crossover del coche, aunque realmente no cumple ninguna función protectora.

La vista lateral destaca por la altura del coche, con un techo recto que recuerda más a un monovolumenSorprendentemente, Citroën ha prescindido en este caso de los famosos Airbump en las puertas laterales. La zaga, por último, luce un aspecto más voluminoso con gran presencia del plástico negro en el paragolpes.

La imagen de SUV la consigue gracias a una mayor altura libre con respecto al suelo, una línea de cintura más elevada, un capó alto y plano, unos paragolpes más voluminosos y unas protecciones de plástico que recorren toda la zona inferior del coche y los pasos de rueda. Además, igual que ocurre con otros modelos de la categoría, se puede configurar de múltiples maneras, eligiendo un color parala carrocería, otro para el techo, otro para los retrovisores e incluyendo algunos elementos decorativos. El resultado es un coche llamativo, incluso divertido de ver, que permite distinguirse en medio de los entornos urbanos.

En cuanto al Opel Crossland X, su imagen no resulta tan llamativa como la de su rival, si bien, incluye también algunos rasgos que le dan mucha personalidad, como la peculiar forma del pilar C, sobre el que parece descansar el techo, creando el tan de moda efecto de techo flotante. Es un recurso estilístico que está presente en la mayoría de modelos nuevos de la marca alemana.

El frontal es muy reconocible, con la característica parrilla de Opel de los últimos modelos, que incluye unos elementos tridimensionales, y los grupos ópticos que, opcionalmente, pueden tener iluminación Full LED e incluyen una firma luminosa en forma de L invertida. Como en la mayoría de los SUV urbanos, no falta el techo pintado en contraste con la carrocería y varias protecciones de plástico en color negro en los paragolpes, los bajos de los laterales y los pasos de rueda. Cuenta también con barras en el techo bien integradas, y la zaga tiene un alerón que remata el techo, un paragolpes de plástico negro y unas ópticas incrustadas en una pieza de plástico negro brillante que enlaza con el pilar C.

 

Citroën C3 Aircross vs Opel Crossland X: interior

La principal diferencia en el interior de ambos modelos está en la disposición de los diferentes instrumentos y mandos. Mientras el Citroën C3 Aircross tiene un habitáculo más vistoso, llamativo y moderno, el Opel Crossland X es más funcional y sobrio. El crossover francés tiene un salpicadero liso y horizontal, en el que destaca una pantalla del sistema de infoentretenimiento que se encuentra ubicada en una posición algo baja para la vista. Esta pantalla puede ser de hasta 7 pulgadas y desde ella se controlan todas las funciones del coche, desde el navegador, si lo tiene, hasta el audio, el climatizador y otros sistemas.

Tampoco falta la opción, cada vez más presente, de una superficie de carga inalámbrica para el móvil, algo que también tiene su rival. En general, la sensación de calidad percibida es buena, si bien, los materiales son plásticos rígidos, pero agradables al tacto y a la vista. Como ocurre en el exterior, el habitáculo se puede personalizar de diferentes maneras, combinando varias tapicerías para los asientos y terminaciones del salpicadero, en plástico, tela o cuero. Los aireadores del climatizador tienen unos bordes rectangulares que también se pueden decorar.

El modelo alemán, en cambio, tiene un salpicadero que recuerda al del Astra. La pantalla queda colocada en una posición más elevada, por tanto, mejor que en el Citroën. En los bordes están los aireadores y debajo los mandos del climatizador. Esta solución es más práctica que en el modelo galo, ya que, por ejemplo, la regulación de la temperatura del climatizador se realiza de forma más rápida en el Crossland X. En el SUV francés todas las funciones se realizan a través de la pantalla táctil.

El alemán no ofrece tantas opciones de personalización como su competidor, pero a cambio, transmite una sensación de mayor ergonomía. Todo está al alcance del conductor, el volante tiene un tamaño correcto y los mandos aparecen ordenador y el cuadro de instrumentos ofrece una mejor lectura que la del Citroën. La sensación de ergonomía se acentúa gracias a unos asientos claramente más cómodos, con mejor sujeción lateral que los del C3 Aircross.

En cuanto a habitabilidad, ambos modelos comparten origen y es difícil encontrar diferencias notables. Tanto el Crossland X como el C3 Aircross destacan por ser vehículos muy espaciosos dentro del segmento B. Destaca especialmente la altura para la cabeza. Otra característica que comparten los dos modelos es la posibilidad de deslizar la banqueta trasera para ampliar o reducir el espacio en el maletero, así como los respaldos reclinables en varias posiciones, lo cual, subraya el carácter de monovolumen que aún conservan respecto de sus generaciones anteriores.

Por último, el maletero es idéntico en los dos. Con la banqueta trasera en su posición más retrasada, la capacidad es de 410 litros, mientras que si deslizamos lo máximo posible los asientos, queda un volumen de 520 litros, muy bueno para tratarse del segmento B.

 

Citroën C3 Aircross vs Opel Crossland X: motores y conducción

En este apartado, las diferencias son mínimas. Los dos SUV forman parte del grupo PSA y, por tanto, comparten la misma gama de motores. Por un lado, hay tres mecánicas de gasolina, que corresponden a un bloque de 3 cilindros, 1.2 litros y sobrealimentado por turbo que desarrolla 82, 110 y 130 caballos. En el lado diésel, tenemos un propulsor 1.6 BlueHDI con 100 y 120 caballos. Según la versión, el cambio puede ser manual de cinco o seis velocidades y dispone también de un cambio automático de seis relaciones.

Si tenemos dos coches con la misma plataforma y chasis, en teoría sería difícil encontrar diferencias. Pero en este caso las hay. El Citroën C3 Aircross tiene unas suspensiones algo más blandas que el Opel Crossland X. Sin embargo, sorprende lo bien que traza las curvas en carreteras de montañas, mostrando una estabilidad y aplomo realmente buenos. No es que sea un coche muy ágil pero su comportamiento es bastante noble. El Opel, en cambio, da la sensación de que tenga unos amortiguadores más firmes y se notan más los rebotes.

En autovías y carreteras rápidas, ambos muestran un buen aplomo y transmiten confianza. Los centros urbanos son el entorno natural de estos dos SUV. Aquí se mueve como pez en el agua, gracias a sus reducidas proporciones y su puesto de conducción elevado, que permite un mayor control y dominio de lo que ocurre delante. El C3 Aircross se muestra ligeramente más ágil porque tiene una dirección más rápida y precisa.

Ninguno de ellos está disponible con tracción a las cuatro ruedas, solo en el eje delantero. No obstante, el SUV francés puede equipar un dispositivo llamado Grip Control, que actúa sobre el control de tracción, modificando su comportamiento según circulemos sobre hielo, barro, hierba o arena. También puede equipar un control de descensos que hace que el coche descienda a una velocidad de 8 km/h. En situaciones más extremas, si es necesario, se puede reducir la velocidad a 5 km/h, colocando el cambio en punto muerto. El Crossland X carece de estas ayudas a la conducción.

Acerca del cambio, además del manual de cinco o seis velocidades, ambos modelos pueden montar una transmisión automática con seis relaciones de tipo convertidor de par. Es una transmisión nueva en el Grupo PSA que no tiene nada que ver con el cambio robotizado de modelos anteriores y que presume de un funcionamiento muy correcto y suave, con transiciones de una marcha a otra sin tirones molestos. No es muy rápida, pero resulta muy cómoda en la ciudad.

Todos los motores funcionan francamente bien, tanto el C3 Aircross como en el Crossland X. El de gasolina de 82 caballos puede quedarse un poco justo si vamos a viajar a menudo cargados. El de 110 caballos mueve de manera satisfactoria a los dos coches, sin prestaciones descomunales, pero sí con suficiente capacidad de respuesta. El de 130 caballos tiene muy buen empuje desde la zona baja del cuentavueltas, aunque resulta algo ruidoso dentro de la cabina. Los dos motores diésel ofrecen también un rendimiento bueno, pero solo aventajan a los de gasolina en el consumo, algo que valorarán aquellos que hagan muchos kilómetros.

 

Citroën C3 Aircross vs Opel Crossland X: seguridad y equipamiento

El equipamiento tecnológico es muy parecido en el C3 Aircross y el Crossland X. Los dos disponen de un sistema multimedia que es más completo en los acabados más ricos. Ofrecen muchas opciones de conectividad, a través de bluetooth, USB AUX y son compatibles con Android Auto y Apple Car Play. La pantalla es de 7 pulgadas en el Citroën, en todas las versiones, mientras que en el Opel puede ser de 7 u 8 pulgadas. Las dos tienen un funcionamiento correcto, intuitivo y la visibilidad es buena.

En cuanto a seguridad, el Opel Crossland X introdujo una novedad importante, como era la presencia de un Head Up Display, un elemento poco común en el segmento de los vehículos pequeños. El C3 Aircross también incorpora este dispositivo que proyecta en una superficie de plástico información relevante, como la velocidad a la que circulamos o las indicaciones del navegador, si las hubiere.

Otros sistemas de ayudas a la conducción presentes en ambos modelos son el Active Safety Brake, un sistema de frenada de emergencia activa que detecto de peatones. También puede incluir el reconocimiento de señales de tráfico, el aviso de cambio involuntario de carril, el aviso de ángulo muerto, una cámara de visión de 180 grados o un sistema de aparcamiento asistido. Igualmente puede equipar la alerta de pre-colisión, que avisa con un sonido y con una luz en el tablero de instrumentos de la posibilidad de un golpe. No faltan otros elementos como, seis airbags, el detector de fatiga, el reconocimiento de límite de velocidad, luces diurnas LED o el cambio automático de luces cortas a largas.

 

Citroën C3 Aircross vs Opel Crossland X: precios y veredicto

El Citroën C3 Aircross está disponible con tres niveles de acabados: Live, Feel y Shine. Su precio arranca en los 15.000 euros con el equipamiento básico. Por su parte, el Opel Crossland X solo cuenta con dos niveles: Selective y Excellence. Parte desde 18.042 euros. La diferencia de precio inicial es considerable, no obstante, el SUV francés parte de un nivel de equipamiento más bajo, de ahí su precio también más económico. A igualdad de motor y equipamiento, el Citroën C3 Aircross es más barato.

En definitiva, el Citroën C3 Aircross y el Opel Crossland X son dos coches que se parecen mucho y a la vez no se parecen en nada. Comparten gama de motores, habitabilidad y capacidad de maletero. Y en carretera, tampoco existen enormes diferencias entre uno y otro, más allá de unas suspensiones más cómodas y una dirección más rápida en el francés, así como de una mayor dotación para una circulación fuera del asfalto.

Pero son opuestos el uno del otro en cuanto a diseño, tanto exterior como interior. Por tanto, será este aspecto el que determine la elección de uno u otro. Quienes quieran tener un coche diferente, más llamativo, con opciones de personalización y no pasar desapercibido en el entorno urbano, el C3 Aircross es su coche. En cambio, quieren prefieran un SUV más discreto y con un interior funcional, el Opel Crossland X será la elección más acertada.