Aunque la era de los coches autónomos está a punto de llegar a nuestras vidas – ya tenemos coches con gran capacidad de conducción semiautónoma – es difícil imaginar que los coches no lleven ni pedales ni volante en su interior. Al menos no hasta un futuro muy lejano. Pero Cruise y General Motors han presentado…
Aunque la era de los coches autónomos está a punto de llegar a nuestras vidas – ya tenemos coches con gran capacidad de conducción semiautónoma – es difícil imaginar que los coches no lleven ni pedales ni volante en su interior. Al menos no hasta un futuro muy lejano. Pero Cruise y General Motors han presentado eso mismo: un coche autónomo que no tiene ni pedales ni volante. Este coche ha sido presentado durante el CES de Las Vegas de 2018.
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Basado en un Chevrolet Bolt
Este coche, llamado Cruise Autonomous Vehicle, parte de la base de la cuarta generación del Chevrolet Bolt y no se queda en la idea de ser un simple prototipo: GM tiene en mente la idea que se ponga en la cadena de montaje y empiecen a producirse unidades para que lleguen al mercado a finales de 2019. Dado que el coche es cien por cien autónomo, también cuenta con un cambio automático de manera que el conductor se convierta en un pasajero más.
Donde en un coche no tan autónomo encontraríamos el volante o el cuadro de mandos encontramos un salpicadero simétrico, idéntico al del lado del acompañante. En el centro se puede ver una consola central con una pantalla táctil unos pocos botones por los que se accede a las funciones principales del coche. Incluso la mayoría de defensores de la conducción autónoma apuestan por mantener el volante o los pedales al menos los primeros años (otros creen que se debe mantener de todos modos), por lo que la apuesta de Cruise es bastante radical.
Ya ha tenido test en ciudad
La cuestión reside en si estos coches autónomos son capaces de funcionar de manera correcta, lo cual se descubrirá el año que viene si los planes de Cruise y General Motors se cumplen tal y como tienen previsto. Ambas compañías tienen la idea que antes de que termine 2019 hayan fabricado unas 2.600 unidades de este vehículo autónomo – se espera que el mercado norteamericano sea el primero en tenerlo y luego se extienda al resto de mercados, ya que tanto Cruise como General Motors provienen de Estados Unidos.
GM ya ha realizado algunos test en ciudad, en concreto en las calles de San Francisco, teniendo dificultades que ni el propio ordenador central del vehículo se esperaba: conos o coches en doble fila que se interponían en su camino. Donde sí que reaccionaba de manera correcta e incluso bastante conservadora es en caso de que se cruzase con peatones o con ciclistas.
Este vehículo no sólo podría funcionar como coche autónomo para clientes particulares, sino también en servicios de taxi robótico una vez sus funciones y reacciones se hayan vuelto más depuradas. Si consigue llegar en 2019 – algo que aún se antoja arriesgado, pero que cada vez está más cerca de hacerse realidad – estaríamos ante el principio de los coches cien por cien autónomos en nuestro mercado. La cuestión es saber hasta cuando habría que esperar para ver este tipo de coches autónomos circulando por las carreteras de Europa y de España.