Hacer una prueba del Tesla Model S es un privilegio. Hay vehículos capaces fuera del asfalto, muy deportivos, muy potentes, grandes por dentro, lujosos, que gastan poco y perfectos para circular por la ciudad. Pero una prueba del Tesla Model S… es algo diferente, en todos los aspectos. Y en Carnovo te contamos a continuación…
Hacer una prueba del Tesla Model S es un privilegio. Hay vehículos capaces fuera del asfalto, muy deportivos, muy potentes, grandes por dentro, lujosos, que gastan poco y perfectos para circular por la ciudad. Pero una prueba del Tesla Model S… es algo diferente, en todos los aspectos. Y en Carnovo te contamos a continuación todos los aspectos de esta berlina americana con un motor 100% eléctrico. ¡Sigue leyendo y no pierdas detalle!
Prueba del Tesla Model S 100D: a pesar de todo, es familiar
La primera impresión que hemos tenido ya no al conducir, sino al ver más de cerca y al montarnos en el Tesla Model S es que no se trata de un vehículo al uso. No es un coche, o al menos eso es lo que nos parece a nosotros. Es un gadget muy moderno con ruedas y que puede ejercer la función de automóvil. ¿Eso es bueno? ¿Es malo? Pues depende de la opinión de cada uno, pero de lo que no cabe duda es de que el Tesla Model S impacta, y mucho.
Nada más abrir el coche (con unas manetas que se despliegan al sentir nuestra presencia) nos encontramos con que la pantalla multimedia de su consola central está personalizada a nuestro gusto. Bueno, de su consola central. De la parte en la que estaría la consola central, ya que ha sido sustituida por un pedazo de display de 17” desde el que podemos controlar absolutamente todos los parámetros del vehículo. Y cuando decimos todos son todos.
La pantalla principal nos permite, entre otras funcionalidades, abrir y cerrar el techo solar en el porcentaje que nos dé la real gana, modificar el tarado de la suspensión neumática (que es una de las mejores cosas de este coche), meternos en el navegador de internet, comprobar la ruta a seguir mediante Google Maps, escuchar la canción que nos apetezca a través de una suscripción de por vida a Spotify Premium… y mil cosas más.
Independientemente de la pantalla, existen numerosas críticas acerca de la calidad de materiales y los ajustes del Tesla Model S. Sinceramente, salvo alguna pequeña moldura de plástico duro, no nos ha parecido algo tremendamente negativo. Sí que es verdad que no está a la altura de rivales de su precio, pero no es menos cierto que el Tesla Model S ofrece cosas impensables para otros coches de características similares. En cuanto a los ajustes, son simplemente buenos.
La instrumentación está conformada por otra pantalla digital que nos ha parecido excelente y desde la que podemos ver las indicaciones del sistema de navegación, así como la velocidad o la canción que estás escuchando. Pero lo que más nos ha gustado ha sido una especie de mapa de calor con líneas que nos indican la distancia exacta a la que nos encontramos de objetos con los que podemos chocar.
No nos engañemos, el Tesla Model S, con sus casi 5 m de longitud y 2 m de anchura, no es el vehículo más idóneo para circular por la ciudad. Tanto es así que en calzadas con los carriles muy estrecho se dan situaciones en las que vamos muy asustados, por decirlo finamente, debido a que muchos conductores no tienen cuidado y pueden rozar nuestro coche de más de 100.000 euros sin importarle lo más mínimo.
Encontrar una postura cómoda para conducir es una tarea muy sencilla gracias a las múltiples regulaciones que ofrece, y solo vemos un punto en contra en la visibilidad por el espejo retrovisor interior, pues la luneta trasera no es precisamente amplia. Además, los asientos recogen el cuerpo estupendamente bien y cuentan con un reposacabezas integrados, lo que les hace lucir una especie de semibaquets de lujo.
Mención especial merece la llave, que nos parece una imitación de la usada en algunos Porsche pero que está incluso más lograda. Tiene la forma del vehículo en miniatura y según el lugar en el que pulsemos (morro, maletero o centro) se abre una parte u otra del coche. Permite incluso abrir la tapa que cubre el enchufe, situada en la parte lateral de uno de los faros traseros. Un 10, tanto en originalidad como en funcionalidad.
Prueba del Tesla Model S 100D: nada acelera más
Su manejo es tremendamente sencillo e intuitivo. En este sentido nos recuerda a los dispositivos de Apple, lo que es toda una alabanza independientemente de que seamos o no unos fans de los productos de la manzana mordida. Para arrancar el Tesla Model S solo tenemos que pisar el freno y poner la palanca de cambios, situada al más puro estilo americano (en donde normalmente van los mandos del limpiaparabrisas), en la posición D. Y a conducir.
Tenemos que reconocer que es difícil encontrar un coche que acelere más rápido que este Tesla Model S. O, al menos, que dé la sensación de hacerlo con tanta contundencia. No hay ninguno que pueda equipararse a esta berlina yanqui en términos de aceleración pura y dura.
Es de sobra conocido que los motores eléctricos entregan toda la potencia y el par motor disponible desde el momento en el que pisas el acelerador. Y este coche tiene mucho de todo. Veamos: el Tesla Model S tiene dos motores eléctricos que, conjuntamente, entregan una potencia de 422 CV y un par motor máximo de 600 Nm. Con todo esto, la aceleración de 0 a 100 km/h está cifrada en 4,3 segundos, lo que hace que acelerar o adelantar se convierta en un mero trámite sea cual sea la situación.
La encargada de dar la energía a su par de motores eléctricos es una batería, como su nomenclatura nos dice, de 100 kWh, ya que vamos a bordo de la versión 100D. Oficialmente declara una autonomía de 632 km (según el ciclo de homologación NEDC), y aunque en la práctica supera por poco los 500 km, se trata de la mejor cifra de todo el mercado de coches eléctricos. No obstante, como en todos los motores (de combustión, híbridos o eléctricos), el consumo depende de lo que nos apetezca pisarle.
Para recargar sus baterías hay varias opciones. La mejor es instalar un punto de recarga en casa: así llegamos a nuestro hogar y, la noche que lo necesitemos, recargamos el coche. Pero también existen los Supercargadores o Superchargers, capaz de recargar unos 90 km de autonomía en tan solo 10 minutos, y la red de Carga en Destino, que sirve para hacer una pequeña carga mientras estamos comprando en un centro comercial, comiendo en un restaurante o descansando en un hotel.
A nivel de conducción, el Tesla Model S es un coche cómodo, muy cómodo. La principal culpable de ello es su suspensión neumática, que viene de serie. La insonorización es bestial y la sensación de ir a la velocidad que nos plazca con el fino silbido del motor eléctrico nos pone los pelos de punta. La dirección tiene un nivel de asistencia superior al que nos gustaría, pero es bastante precisa, y el tacto tanto del acelerador como del freno es muy bueno. Dejando de lado sus apabullantes medidas, podemos afirmar que el Tesla Model S es un coche muy fácil de conducir.
Prueba del Tesla Model S 100D: conclusión
El Tesla Model S 100D es no un buen, sino un estupendo, coche para casi todo. Pensamos que, a cambio de los más de 100.000 euros que cuesta, ya está bien que lo sea. Y tenemos razón. Pero es que ofrece muchas más cosas que vehículos equiparables por dimensiones, como el famoso trío de lujo alemán formado por el Audi A8, el BMW Serie 7 o el Mercedes-Benz Clase S, especialmente en el aspecto tecnológico.
Si, por el contrario, lo comparamos con modelos que puedan asemejarse a él por prestaciones, nos tenemos que ir ya a superdeportivos capaces de superar ampliamente la barrera de los 200.000 euros. Así que aunque en términos absolutos el Tesla Model S 100D sea un coche (muy) caro, cuando cogemos algo de perspectiva no lo es para nada.
Y mucho menos si tenemos en cuenta el ahorro que supone en mantenimiento, tanto en lo que se refiere a la recarga de su batería como a las revisiones periódicas (su mecánica tiene muchas menos piezas que un motor de combustión, lo que implica un menor número de averías). De igual manera, puedes aparcar en zonas verde y/o azul y circular por vías de peaje con importantes descuentos.
Por último, además de contar con un habitáculo en el que caben cinco adultos de manera holgada (salvo quizá los más altos en la fila trasera debido a su suave caída del techo), el Tesla Model S tiene un maletero posterior con una capacidad de 750 litros, a los que hay que sumar los 59,5 litros del maletero delantero. ¿Estás dudando si comprártelo o no? No te preocupes, será una opción acertada seguro… a no ser que lo quieras solamente para circular por dentro de la ciudad.
Puntos positivos y negativos
+ Equipamiento tecnológico
+ Aceleración y suspensión
+ Ahorro en combustible, peajes y aparcamiento
– Visibilidad luneta trasera
– Espacio cabezas detrás
– Maniobrabilidad en ciudad
Nota Carnovo: 9