Cinco motivos para comprar un coche clásico

Son apasionantes, nos llevan a otra época, transmiten sensaciones muy diferentes a las de los coches nuevos…sin duda, el poder tener un coche clásico y disfrutarlo de manera apropiada es todo un lujo y un placer, más aún si ese coche ha permanecido en la familia durante mucho tiempo. Aunque estén bastante desactualizados con respecto…

Cinco motivos para comprar un coche clásico

Son apasionantes, nos llevan a otra época, transmiten sensaciones muy diferentes a las de los coches nuevos…sin duda, el poder tener un coche clásico y disfrutarlo de manera apropiada es todo un lujo y un placer, más aún si ese coche ha permanecido en la familia durante mucho tiempo. Aunque estén bastante desactualizados con respecto a los coches que se pueden ver en la actualidad en un concesionario, en realidad existen algunos motivos para comprar un coche clásico.

 

Valor emocional

En muchos casos, un coche clásico se disfruta más allá de los sentidospor el valor emocional que el conductor le da al propio coche, el sentimiento puro al poder conducirlo – puede ser tanto por haberlo tenido durante mucho tiempo como por ser un coche que había querido tener desde pequeño. Aunque no sean tan cómodos con los actuales, cuando uno está a los mandos de una máquina que siempre quiso tener no deja de sentirse feliz. En realidad, se puede resumir en una palabra: Pasión.

 

Revalorización

Con el tiempo, algunos coches van subiendo y bajando de precio, de manera que un coche puede llegar a tener un precio de compra muy reducido (por haber perdido valor con el tiempo) y por algún motivo (popularidad con alguna serie de televisión, por ejemplo) se revalorice al cabo de un tiempo. También puede darse que con el paso de los años empiecen a escasear las unidades, sobre todo si se trata de una versión concreta, como un tope de gama con pocas unidades construidas, y al haber menos coches en circulación suba el precio.

 

Conducción sencilla

Al estar menos desarrollado a nivel tecnológico, un coche clásico tiende a tener menos asistencias electrónicas, lo que hace que el conductor pueda divertirse más ya que le llega más información al cerebro para procesarla, pudiendo tener el control de más cosas del coche al mismo tiempo. Esto depende también del tipo de coche, pues no es lo mismo conducir un coche de lujo de los años ochenta que un deportivo de los años ochenta y noventa, con un tacto mucho más duro pero capaz de dar unas sensaciones muy diferentes – y espectaculares en algunos casos.

 

Mantenimiento ‘simple’

Al tener menos piezas electrónicas y más mecánicas, con un poco de nociones mecánicas se puede mantener uno de estos coches durante un tiempo prolongado funcionando de manera correcta, dependiendo de menos sensores o elementos de electrónica que puedan averiarse con el tiempo. Además, con suerte se pueden encontrar piezas de recambio con facilidad incluso varias décadas después de la fabricación del modelo, sobre todo si era un coche popular en su día.

 

Menores tasas

En el caso de que se haya hecho todo el papeleo necesario para convertirlo en coche clásico – aparte de una serie de trámites hace falta que el coche tenga un mínimo de 25 años de antigüedad – se puede disfrutar de algunas ventajas económicas, ya que estaría exento de pagar el sello de circulación. También tiene la ventaja de que el seguro se vería reducido de preciode manera significante. Eso sí, tiene la desventaja de que sólo se puede hacer en teoría unos 2.000 kilómetros al año, pero que debería ser suficiente para dar paseos de cuando en cuando.