Uno de los principales enemigos de los conductores son los radares, elementos utilizados por las diferentes administraciones para controlar la velocidad de los vehículos que circulan por las carreteras españolas. Hay diferentes tipos de radares de tráfico encargados de cazar nuestras infracciones. Principalmente se pueden clasificar en radares fijos y móviles, aunque existen otros de…
Uno de los principales enemigos de los conductores son los radares, elementos utilizados por las diferentes administraciones para controlar la velocidad de los vehículos que circulan por las carreteras españolas. Hay diferentes tipos de radares de tráfico encargados de cazar nuestras infracciones. Principalmente se pueden clasificar en radares fijos y móviles, aunque existen otros de carácter especial. En este artículo vas a conocer cada uno de ellos.
Primero que nada, hay que explicar que los radares de la DGT contienen un cinemómetro, que es el elemento responsable de que recibamos multas por exceso de velocidad. El cinemómetro es el aparato que mide la velocidad de los coches. Recibe revisiones periódicas y están sujetos a requisitos de homologación y autorización del Ministerio de Industria.
Radares fijos
Como su propio nombre indica, los radares fijos son aquellos que están situados siempre en un mismo lugar. Estos radares se pueden dividir, a su vez, en otras tres categorías: radares de cabina, radares de pórtico y radares de tramo.
Los radares de cabina están situados al lado del arcén de la carretera y tiene forma de caja. Se suelen colocar en carreteras de uno o dos carriles. Los radares de pórtico son aquellos ubicados en los pórticos de paneles informativos de la DGT. Normalmente, antes de pasar por este radar, hay un aviso tres o cuatro kilómetros antes de que vamos a pasar por un radar de velocidad.
En tercer lugar, los radares de tramo miden la velocidad en un tramo completo, en vez de en un solo punto. De esta manera, si un conductor superar la velocidad máxima permitida al pasar por el primer punto y luego reduce la velocidad en el segundo, no habrá incurrido en una infracción.
Radares móviles
Por otro lado, existen otros tipos de radares como son los radares móviles que son aquellos situados en un vehículo. Esto evita que los radares estén ubicados siempre en el mismo lugar y sean previsibles. Los vehículos que equipan radares móviles se suelen colocar al margen de la carretera donde quieren controlar la velocidad.
En segundo lugar, está el famoso Pegasus, el helicóptero que desde hace algunos años surca los cielos españoles controlando la velocidad de los coches. Está equipado con potentes cámaras, una panorámica que detecta la velocidad y otra que lee la matrícula, además de un software que mide la velocidad de los vehículos con gran precisión, hasta un kilómetro de distancia del vehículo y a una altura de 300 metros.
Por último, los radares de trípode, utilizados habitualmente en zonas urbanas y camuflados. Se suelen colocar en un punto concreto durante un periodo breve y luego se cambian a otro lugar.
Nuevos tipos de radares
La DGT ha ampliado su gama de radares con dos nuevos elementos, el Multirradar C y el Traffic Eye. El primero es invisible a un detector de radares y controla el exceso de velocidad en carreteras de hasta seis carriles. El segundo está pensado para detectar muchas infracciones, además del exceso de velocidad. Equipa una potente cámara de 5 megapíxeles que registra las infracciones con una fotografía.