España es uno de los países de la Unión Europea con los impuestos más bajos en el gasóleo. Los socios europeos no han pasado por alto este asunto, y han avisado al Gobierno Español de la necesidad de penalizar el uso del tan criticado diésel. El comité de expertos sobre escenarios para la transición energética…
España es uno de los países de la Unión Europea con los impuestos más bajos en el gasóleo. Los socios europeos no han pasado por alto este asunto, y han avisado al Gobierno Español de la necesidad de penalizar el uso del tan criticado diésel. El comité de expertos sobre escenarios para la transición energética ha redactado varias propuestas para cambiar el paradigma del combustible en España.
No sólo subirá el diésel
La subida proyectada para el gasóleo es de casi un 29%, concretamente un 28,6% lo que haría que repostar un vehículo diésel aumentara en casi 10€. En el caso de la gasolina, el comité de expertos propone una subida del 1,8%, muy lejos del 28,6% que establecen para el gasóleo. En el gas para uso doméstico proponen una subida del 5,8%, sin embargo, para la electricidad proponen una bajada del 6,8%.
Estas posibles subidas no hacen más que confirmar la tendencia de criminalización del diésel. Europa quiere ir eliminando paulatinamente el gasóleo, y la forma más fácil de hacerlo es gravándolo con altos impuestos para que ya no sea rentable comprar o mantener un vehículo diésel. Recordamos eso sí, que España está a la cola en cuanto a los impuestos con los que se grava este combustible.
Más penalizaciones para el gasóleo
Juntamente con la propuesta de subir los impuestos del diésel, el comité de expertos propone también aumentar el impuesto de circulación de éstos. Sin embargo, hay que plantearse en qué medida lo harían, teniendo en cuenta la antigüedad o normativas de contaminación que cumple el vehículo en cuestión. En todo caso, esta medida la deben aplicar los alcaldes de cada ciudad o pueblo.
Las quejas no han tardado en surgir, asociaciones automovilistas alegan que el consumidor siempre es el primer afectado, y que dichas subidas serían muy difíciles de asumir. Además, resultarían una piedra más en el camino de los vehículos diésel, cuyas ventas caen mes a mes.