En los meses de invierno cobra especial importancia el uso de las cadenas de nieve, sobre todo en las zonas de España en las que se baja en estas fechas hasta temperaturas bajo cero. También es importante tenerlas en cuenta si se va a las montañas, por ejemplo en Sierra Nevada que desde diciembre hasta…
En los meses de invierno cobra especial importancia el uso de las cadenas de nieve, sobre todo en las zonas de España en las que se baja en estas fechas hasta temperaturas bajo cero. También es importante tenerlas en cuenta si se va a las montañas, por ejemplo en Sierra Nevada que desde diciembre hasta febrero hay cantidades de nieve importantes. Aunque suene complicado, en realidad su colocación es muy fácil y puede salvarnos de más de un apuro si conducimos sobre nieve.
¿Las pongo en las ruedas delanteras o en las traseras?
No es la cuestión, en realidad. Donde han de ir es en las ruedas motrices – en muchos coches (la gran mayoría del mercado actual) son las ruedas delanteras, eso es cierto. No obstante, en otros (como coches deportivos o coches concretos, como el BMW Serie 3 o el Renault Twingo de tercera generación) las ruedas motrices son las traseras, por lo que han de ir en ese eje.
¿Y si llevo un coche 4×4 con los dos ejes motrices? Pues lo ideal sería llevar cadenas en las cuatro ruedas para mejorar la tracción en la medida de lo posible. Si sólo se puede llevar en un eje, que sea el delantero: así no sólo habrá tracción, sino que se mejorará la capacidad de giro de un coche. Eso sí, recuerda: una vez salgas de la nieve, quita las cadenas: de lo contrario, con el asfalto acabarías cargándotelas, lo cual no es muy recomendable.
El proceso de las cadenas clásicas: más sencillo de lo que parece
Como bien recomienda el RACE, lo primero es extender un extremo de la cadena por el otro lado del neumático, con cuidado de que no se pise con el propio neumático parte de la cadena. Una vez se haga, el siguiente paso es el de estirar la cadena por toda la banda de rodadura del neumático. Es importante que la cadena quede bien centrada en el surco central del neumático o de lo contrario será más complicado tensar todos los extremos de la cadena.
El paso final es el de enganchar todos los eslabones de manera que la cadena cubra el neumático por completo y ya se pueda utilizar por nieve. Las cadenas clásicas de toda la vida, aunque sean las más complicadas de poner son las que al final producen mejores resultados en lo que a agarre se refiere ya que se está utilizando tanto la cadena como la superficie del neumático en sí.
¿Y cómo es con cadenas de tela?
Pues más sencillo, pues se trata de unas fundas de nailon que recubren el neumático. Lo primero que se hace es cubrir la parte superior del neumático y desde ahí se va haciendo lo mismo con el resto de la superficie. Hay que estar atentos a que se cubra bien tanto la banda de rodadura como los flancos del neumático.
Una vez se llegue abajo del todo, se mueve un poco el coche (con quitar un momento el freno de mano a veces basta) para que se pueda cubrir del todo la superficie del neumático – aunque el centro de la funda no coincida con el de la rueda, se ajustará según se vaya rodando. Con estas cadenas de tela es más fácil la instalación, pero hay que lavarlas después de cada uso y quitarlas aún más rápido que las cadenas normales, pues sin nieve apenas durarían medio kilómetro.
¿Y con las cadenas mixtas?
Las cadenas mixtas mezclan la comodidad de las de tela con la efectividad y el agarre de las cadenas clásicas – eso sí, son las más caras de las tres. Se coloca el aro de nailon por detrás de la rueda y el resto de la cadena por la banda de rodadura del neumático – el resto del proceso es idéntico al de los otros tipos, ajustándose al neumático de la misma forma que las cadenas de tela.