El Opel Crossland X es un SUV del segmento B de 4,21 metros de largo, lo que significa que su principal objetivo es el de desenvolverse por entornos urbanos. Esto nos revela que sus principales competidores en el mercado son el nuevo Seat Arona, el Citroën C3 Aircross, el Nissan Juke, el Hyundai Kona, el…
El Opel Crossland X es un SUV del segmento B de 4,21 metros de largo, lo que significa que su principal objetivo es el de desenvolverse por entornos urbanos. Esto nos revela que sus principales competidores en el mercado son el nuevo Seat Arona, el Citroën C3 Aircross, el Nissan Juke, el Hyundai Kona, el Kia Stonic, el Peugeot 2008 o el Nissan Juke.
Durante los últimos días hemos tenido la oportunidad de disfrutar de una unidad de prensa del Opel Crossland X, al que hemos puesto a prueba en todos los sentidos. El modelo en concreto ha sido el que equipa un motor de gasolina turbo de 1.2 litros y 130 CV con solo tres cilindros, el mismo bloque que instalan coches como el Peugeot 2008 o el Citroën C3 Aircross, con el que ya lo hemos comparado en vídeo. Además, el acabado era el tope de gama, llamado Excellence. Pero vamos a entrar en materia.
No obstante, recuerda antes que si estás pensando en comprar un Opel Crossland X u otro coche y te lo configuras en nuestra web, podrás comparar las mejores ofertas de concesionarios oficiales a nivel nacional sin salir de casa.
Aspecto exterior del Opel Crossland X
Siguiendo la moda de su segmento de las carrocerías de dos colores, este Opel Crossland X es sin duda un coche pintón, aunque un Citroën C3 Aircross ofrece algunas opciones más de personalización. Llaman la atención especialmente sus luces LED diurnas en forma de doble “L” tumbada, tanto en los pilotos delanteros como en los traseros. Como todos los SUV, añade unas protecciones bajas en la carrocería que son metálicas en el frontal y la zaga, y plásticas en el resto de zonas.
Interior del Opel Crossland X
Una vez accedemos al habitáculo del Opel Crossland X nos encontramos con unos cómodos asientos que están tapizados en un híbrido entre tela y cuero bastante agradable. El reposabrazos central delantero es solo para el conductor y se encuentra en una posición óptima.
El interior está repleto de plásticos duros y aunque el diseño de su salpicadero, su consola central y su instrumentación es casi igual al de modelos como el Opel Astra o el Opel Insignia, la calidad de los ajustes está uno o varios escalones por debajo a la de éstos. De igual manera, la háptica, que es como se denomina a la sensación que transmite al tocar sus botones, es mejorable.
Además, si tenemos en cuenta que estamos ante un coche pensado para ser práctico y útil nos encontramos con que los huecos del interior (en consola central, guantera, etc) y los bolsillos de las puertas no son especialmente amplios. La disposición de los controles sí que es un punto a destacar, ya que todos los mandos se encuentran ubicados de forma ergonómica y en una posición en la que son fáciles de encontrar.
Algunos podrían encontrar demasiado baja la situación del climatizador, pero en la práctica no es incómodo de utilizar. El pomo del cambio de marchas tiene una forma algo extraña, pero uno se acostumbra a ella con el paso de los kilómetros. Lo que sí hemos echado en falta ha sido el botón de freno de mano eléctrico, que no está disponible ni siquiera en opción.
Las plazas traseras disponen de espacio suficiente tanto como para las piernas como para la cabeza sin importar que el Opel Crossland X tenga el techo panorámico instalado, como es el caso de la unidad que hemos probado. El asiento central tampoco se ve comprometido por altura, si bien resulta algo estrecho y con un túnel de transmisión que sin ser de los más molestos limita la amplitud para los pies de un hipotético quinto pasajero.
El acceso a la segunda fila de asientos es peor del que esperábamos, pues el ángulo de apertura de las puertas traseras no es muy bueno y un hueco más bien tirando a estrecho en comparación con el de sus rivales tampoco ayuda. De igual manera, los asientos de atrás no son reclinables. El maletero es uno de los mejores por volumen, con 410 litros (y una buena boca de carga) que se pueden convertir en 1.255 litros si abatimos las plazas posteriores.
Multimedia y tecnología del Opel Crossland X
En este apartado el Opel Crossland X es, simplemente, sobresaliente. Empezamos por una pantalla táctil multimedia a todo color que puede ser de 7” o de 8”. Su manejo es muy intuitivo y responde rápido a las órdenes táctiles. Posiblemente la única de su categoría que le supere sea la del Seat Arona, que a su vez es la misma que la del nuevo Seat Ibiza. El sistema de infotainment es muy fácil de utilizar y cuenta con Android Auto y Apple CarPlay, que pronto será común en otros modelos pero que en este momento es un añadido importante.
A pesar de la buena nota obtenida por su display multimedia, si por algo destaca sobre la multitud este Opel Crossland X, al igual que sus compañeros de marca, es por el sistema Opel OnStar con una conexión Wi-Fi a la que se pueden ligar hasta siete dispositivos. Éste se activa y se desactiva a través de un botón situado junto al espejo retrovisor central interior, en donde también se encuentra el botón SOS, que al pulsarlo llama a los servicios de emergencia por si has sufrido un accidente o te has quedado “tirado” en la carretera.
Con todo lo anterior ya habrás podido imaginar que por supuesto incluye Bluetooth de serie. Además, el sistema de audio se escucha bien, aunque si te gusta escuchar la música muy alta (lo cual no es recomendable al volante por la pérdida de información auditiva sobre el tráfico) es posible que eches de menos algo más de potencia.
A nivel de conducción y seguridad resultan la mar de útiles una pequeña pantalla TFT a color entre los diales de la instrumentación, un Head-Up Display que muestra la información justa y necesaria (límites de velocidad, velocidad a la que estamos circulando e indicaciones del sistema de navegación), un avisador de ángulo muerto, un avisador de cambio involuntario de carril (que te avisa con un pitido si te estás desviando de tu trayectoria), una cámara de visión cenital que muestra sus imágenes en la pantalla de la consola central o un control de velocidad con limitador que presenta un uso sencillo desde los mandos del volante.
Motor del Opel Crossland X
El motor que hemos probado es una mecánica de gasolina turboalimentada con solo tres cilindros. Tiene 1.2 litros y desarrolla 130 CV de potencia. Entrega un par motor máximo de 230 Nm y aunque declara un consumo de combustible de 4,1 l/100km (y unas emisiones contaminantes de 116 g/km de CO^2) este se encuentra algo por encima en conducción real, aunque igualmente consigue unos consumos bastante contenidos en base a su potencia. El sistema Start&Stop funciona muy rápido y no resulta desgradable. Un el coche vuelve a arrancar pisando el embrague o girando el volante. Si quieres saber más acerca de su consumo de combustible puedes consultar nuestra prueba de consumo.
Las prestaciones resultan más que suficientes. Acelera de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos, y aunque según nuestras mediciones esta cifra ronda los 10 segundos el coche se muestra vivo de reacciones en cualquier situación. Quizá con el 1.2T de 110 CV sería suficiente, pero cuando comprobamos que la diferencia del precio oficial entre ambos ni siquiera llega a los 300 euros llegamos a la conclusión de que la versión de 130 CV es mejor en todo. Como curiosidad, el acelerador tiene kick-down, que es un “escalón” al final de su recorrido que se nota al pisar a fondo, liberando todo el potencial del motor.
Lo único malo del motor es que es bastante ruidoso. Un bloque de tres cilindros EcoBoost de Ford, por ejemplo, suena bastante menos independientemente si está al ralentí o ya en caliente, en orden de marcha. Realmente el aislamiento del Opel Crossland X no es malo, pero el sonido de su motor, que no así las vibraciones, se hacen sentir por bastante en el habitáculo. Por su parte, la caja de cambios es bastante buena por tacto sin llegar a ser súper precisa, ya que no es el tipo de caja que se busca en este coche. Los recorridos no son ni demasiado cortos, ni demasiado largos, y es fácil de accionar.
Comportamiento del Opel Crossland X
El comportamiento del Opel Crossland X varía completamente dependiendo del uso que se le vaya a dar al vehículo. Es un coche perfecto para la ciudad, con una suspensión que podría tener un tarado algo más blandito pero que en ningún momento llega a ser incómoda. Maniobrar con él es una tarea sencillísima gracias a la facilidad con la que se mueve el volante y unos voladizos muy cortos unidos a una dirección con una amplitud de movimiento considerable le permiten meterse por los recovecos más insospechados de la ciudad.
Todo esto se vuelve en su contra en carretera. Tiene una altura libre del suelo de 16,3 centímetros y una altura total de 1,60 metros. La relativa dureza de la suspensión no contiene bien el balanceo de su carrocería en las curvas, algo que también se nota adelantando a un camión por el golpe de viento lateral que se siente al sobrepasarlo. El eje delantero no digiere bien la potencia al girar y en según qué casos puede mostrarse algo subvirador por ello (deslizamiento de las ruedas delanteras). Además, la asistencia eléctrica de la dirección es excesiva, lo que hace que sea muy poco informativa. Un hándicap a la hora de circular por tramos algo más virados.
En lo relativo a la circulación fuera del asfalto, el Opel Crossland X no es el coche idóneo para ello. Su gama no ofrece tracción a las cuatro ruedas y lo cierto es que tampoco se espera que lo haga a corto o medio plazo. En este sentido sería mejor decidirse por la compra de un Opel Mokka X con un sistema 4×4. Aun así, el hecho de ser un coche alto puede convertirle en un gran aliado al circular por caminos de tierra sencillos para acceder a fincas o a lugares no asfaltados a los que también se podría llegar con un turismo.
Conclusión del Opel Crossland X
El Opel Crossland X es un SUV que se nota que sustituye a un pequeño monovolumen, el Meriva. Es perfecto para familias de uno o dos niños que no necesiten un espacio interior superlativo. No es el mejor compañero para la circulación por vías rápidas como carreteras o autovías, pero dentro de la ciudad se mueve como pez en el agua. Además, está cargado de equipamiento y de tecnología, tanto de seguridad como de conectividad, desde su equipamiento más básico.
Si quieres saber más sobre el Opel Crossland X puedes leer nuestra primera prueba general y también ver el análisis en nuestro canal de YouTube, así como la comparativa con el Citroën C3 Aircross, uno de sus rivales más importantes. Y si te gusta, recuerda que con nuestro configurador puedes ahorrarte más de 4.000 euros de media al comprar tu Opel Crossland X nuevo en el concesionario oficial.